En realidad, resulta muy difícil hablar de tendencias en las instalaciones de Car Audio en nuestro país, pues como lo hemos mencionado en repetidas ocasiones, todo depende de los gustos y presupuesto de los propietarios y de la creatividad del instalador, así como de la herramienta con la que dispone este último. Aun así, nos hemos dado cuenta de que, dependiendo de la ciudad donde radica el competidor, encontramos ciertas constantes en los estilos de equipamiento.
Y desde nuestro punto de vista, esto se debe a varios factores: primero a la capacidad de los instaladores, el costo que puede llegar a tener una instalación, la “moda” entre el consumidor joven y, por último, la seguridad de las ciudades, es decir, qué tan frecuentes sean los robos de vehículos.
Capacidad de los instaladores
Por diversas razones, en ocasiones muy validas, los instaladores no tienen la oportunidad de capacitarse acudiendo a seminarios, pero ese no debe ser impedimento para seguirse preparando, algo sencillo y que no implica fuertes gastos, es el hecho de buscar información en Internet, o acudir a los eventos de Car Audio para observar otros trabajos y, porque no, hasta “fusilarse” otros diseños de revistas de otros países, eso sí, con algunas mejoras. Otra opción es el probar con nuevos materiales y productos, así hasta podemos crear nuevos diseños y de esta forma tener un sello particular.
Costos
El siguiente punto que vamos a retomar en este artículo es el de los costos de las instalaciones y la calidad de los productos que se utilicen. En muchas ocasiones he visto trabajos en fibra de vidrio muy bien terminados, de acabados de pintura excelentes, pero detrás de los paneles uno se encuentra con un montón de cables desordenados, mal amarrados, con uniones en los cables y, sobre todo, mal ajustados.
Otras veces se trata de instalaciones sencillas o poco vistosas, incluso de gente que ni siquiera participa en las competencias de Car Audio, sin embargo están bien terminados, es decir, el cableado está pasado de forma segura, con detalles en las terminaciones de los cables, usan materiales especiales para el acabado y conexión, etcétera.
Obviamente lo ideal sería que se combinaran ambas cosas: una instalación bien elaborada con acabados cosméticos, pero aquí es donde surge el problema, eso tiene un costo, el cual no siempre el consumidor está dispuesto a pagar. Recuerda que en la medida de lo que pagas, será el tiempo y materiales (de calidad) que invertirá el instalador en tu vehículo.
¿Estás a la moda?
No se trata de otra cosa más que el puro gusto de los propietarios, esto es, que un chavo va a un evento y observa el diseño de una instalación elaborada en la parte posterior de un Jetta, y como él tiene uno, pues regresa a su ciudad y le pide a su instalador que haga lo mismo en el suyo, con ciertas variantes que obedecen más a su gusto que a desarrollar algo superior al original.
Por nuestra parte, los instaladores también solemos repetir diseños para facilitar nuestro trabajo y ahorrar en los tiempos de entrega. Eso, de alguna forma, va creando tendencias, como el gusto por colocar bocinas y monitores en las tapas de la cajuela, o monitores en las puertas, o el modificar el tablero casi en su totalidad, etcétera.
La seguridad
Increíblemente, éste es uno de los factores que más limitan los proyectos de equipamiento con completos sistemas de Car Audio y multimedia, pues para no llamar la atención de los ladrones, los entusiastas del Car Audio la piensan mucho antes de solicitar la fabricación de paneles o modificaciones especiales, recurriendo más a las instalaciones sobrias o del tipo original, donde se utilizan materiales como la alfombra y el vinil, incluso muy similares a las piezas originales del auto.
Por su parte, en poblaciones donde los índices de seguridad son altos, las tendencias de diseño en las instalaciones son más agresivas, las modificaciones de piezas son más recurrentes, y en ocasiones hasta llevan a cabo la alteración completa del auto.
También es importante considerar el uso que se le da al auto, pues hay quienes sólo lo utilizan para los fines de semana; en ocasiones especiales o para competir en los eventos, pero hay quienes lo traen de uso diario o hasta para brindar algún servicio, y necesitan conservar el mayor espacio posible en la cajuela, mientras que los primeros pueden destinar dicho espacio para la instalación de un completo sistema de sonido.
Como van las cosas, avanzando, sin duda con más frecuencia iremos encontraremos nuevas formas de expresión en las instalaciones, con el manejo de materiales especiales y acabados de muy buen nivel, ya sea en poblaciones pequeñas o en las grandes ciudades. Es un hecho que la mano de obra en la fabricación ha avanzado muchísimo en los últimos 10 años.
Artículo publicado en la Revista AudioCar #220
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