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Un simple paso que te ahorrará muchos dolores de cabeza a la hora de instalar amplificadores.

Hay cosas que pareciera que son obvias y por ello no deberían ni mencionarse. Como revisar la presión de las llantas o el nivel del aceite del auto antes de salir a carretera. ¿Cuántos accidentes se podrían haber evitado, tan solo durante la pasada temporada vacacional, si estas “obvias” precauciones fueran por todos conocidas y/o seguidas? Mejor ahí lo dejamos.

Hablemos entonces de algunas sanas y básicas prácticas de instalación que deberían seguirse el 100% de las veces, pero que desafortunadamente y según mis recientes visitas a eventos y competencias, más los datos arrojados por los talleres de reparación, definitivamente no se están respetando.



Evita ruidos de motor

La práctica de instalación de la que vamos a hablar el día de hoy consiste en nunca atornillar un amplificador de potencia directamente sobre cualquier superficie del automóvil. Resulta fácil simplemente acercarse un par de pijas, sacar el taladro de pilas y “pácatelas”, ya quedó fijo el amplificador, ahí, en el primer lugar donde se nos ocurrió. Digo, quedó firme, se ve bonito y no costó trabajo, ¿qué podría salir mal? Pues todo.



La primera razón por la que esto nunca debería hacerse tiene que ver con la posible entrada de ruidos de motor al sistema. Una de las maneras más comunes en que los ruidos se escabullen en los equipos, es a través de los conocidos ciclos de tierra o “Ground Loops”. Sucede que cuando existe una diferencia de potencial, la corriente eléctrica fluye. Esto es un principio de la naturaleza. Si el negativo de un amplificador está conectado a tierra al chasis del auto en un punto “A” y un segundo amplificador está conectado en un punto “B” del mismo chasis, esto de ninguna manera garantiza que el potencial, o sea el Voltaje, sea el mismo. Esto sucede ya que por el chasis del auto fluyen todas las corrientes eléctricas del mismo. Tales corrientes circulan por el camino que les resulte más fácil, siguiendo la ley universal del menor esfuerzo. Resulta que, al fluir una corriente por un conductor, el cual obviamente cuenta con resistencia aun cuando ésta sea increíblemente baja, se produce una caída de voltaje. A esto se le conoce como la ley de Ohm.



Esta caída de voltaje da como resultado que todos los puntos del chasis del vehículo puedan tener Voltajes distintos, aun cuando esta diferencia sea realmente pequeña, ya que no está fluyendo exactamente la misma cantidad de corriente por toda la superficie. Siendo de esta manera, si cada amplificador está conectado a un punto de chasis distinto, es muy posible que exista una diferencia de potencial entre esos puntos, todo el tiempo o quizá sólo al pisar el pedal del freno (¿les suena familiar?). Al existir una diferencia de potencia se presentará un flujo de corriente entre tales amplificadores, el cual en el calo del Car Audio se conoce como Ruido de Motor o Tacómetro Acústico.



La forma estándar de prevenir este problema es conectando las tierras en configuración estrella, es decir, cada aparato con su propio cable, todos al mismo punto; al estar todos en el mismo punto, no importa ya cuál sea el potencial de tal punto, sólo importa que la diferencia de potencial entre los aparatos es cero, ya que todos estarán al mismo potencial.

Pero si atornillamos el amplificador directamente a la lámina, todo lo anterior valió queso. Ya que el chasis del amplificador suele ser tierra, de nada sirve que el cable de tierra esté en configuración estrella con el resto de los aparatos, ya que el amplificador contará con una “segunda tierra”, formada entre su chasis y la pija que lo aterriza a otro punto distinto del vehículo.



Esto se puede prevenir de una forma MUY sencilla: todo amplificador debe ser montado primero sobre una tablita de madera (o cualquier otro material no conductor y con el acabado que gustes) y luego tal tabla, ahora sí, atornillada al vehículo. Para aquellos quienes prefieren un poco más de información, un par de comentarios adicionales no estarán de más: no usar el mismo tornillo o pija para sostener el amplificador a la tabla y la tabla a la lámina y cuidar que los tornillos o pijas que sostienen sólo el amplificador a la tabla, no sobresalgan por el otro lado y vayan a hacer tierra.



Cosas que se pueden prevenir

Pero eso no es todo. Tal tablita nos produce al menos otra ventaja adicional, quizá aún más importante o trascendente que la primera: garantiza que el amplificador quede montado sobre una superficie uniforme. ¿Qué ganamos con ello? Pues resulta que los vehículos por lo regular no son lisos, casi siempre presentan diferentes protuberancias por aquí y por allá. Cuando montamos un amplificador directamente a la lámina u otra superficie no previamente preparada para tal fin, con más frecuencia de lo que se puedan imaginar, dicha superficie contará con algún “chipote” o semejante, el cual provocará que el panel posterior del amplificador se doble o encaje, interaccionando con las “tripas” del aparato y, eventualmente, dos horas o dos meses después y ayudado por las altas temperaturas típicas en su interior, provoque que algo se aterrice (haga corto circuito con el chasis) culminando con la fulminación del aparato (o como se le suele decir, “que se le salga el genio”).



Por supuesto acto seguido el ofendido propietario inmediatamente procede a reclamar su “garantía” con el fabricante, ya que el aparato dejó de trabajar “solito, sin que se le hiciera nada”. Así sucede y son cosas que se pueden prevenir, simplemente teniendo la precaución de montar el aparato sobre un pedacito de madera aglomerada o MDF o de lo que sea, de esas que están tiradas por todas partes en los negocios de instalación. Ya lo saben, una tablita para montar el amplificador sobre ella hace TODA la diferencia.

Artículo obra del Ing. Juan Castillo Ortiz, publicado en la Revista AudioCar #214


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